Síguenos en:

Trastornos musculoesqueléticos por actividad laboral

Millones de trabajadores en el mundo presentan trastornos musculoesqueléticos, los cuales generan un impacto en su calidad de vida, al afectar espalda, cuello, hombros, extremidades superiores y en algunos casos inferiores, articulaciones y tejidos. Estas lesiones, aunque en su mayoría se traducen en molestias leves, si no se atienden oportunamente, pueden complicarse al grado de resultar en una discapacidad. Por tal motivo, es importante que en cada compañía se identifiquen las causas de los trastornos musculoesqueléticos que se relacionan directamente con la actividad laboral y cómo es que se pueden prevenir.

Lesiones más frecuentes

  • Afecciones en la espalda, como dolores lumbares, ciática, degeneración de disco y hernias.
  • Dolencias cervicales y de las extremidades superiores, como síndromes dolorosos en el cuello, hombro y brazos, tendititis y tenosinovitis, síndrome del túnel carpiano, dolencias traumáticas acumulativas, así como lesiones de rodilla y de cadera.

Causas

Son múltiples los factores que influyen en el desarrollo de trastornos musculoesqueléticos; no obstante, los que se originan a partir de la actividad laboral, en su mayoría tienen que ver con las siguientes.

Movimientos repetitivos

Realizar los mismos movimientos, o muy parecidos, la mayor parte del tiempo que dura la jornada laboral, puede ocasionar cambios irreversibles en la estructura muscular. No sólo aplica en movimientos forzados o bruscos, sino también cuando las fuerzas ejercidas son leves.

Manipular cargas manualmente

Levantar y manipular (empujar, arrastrar y sostener) objetos pesados propicia trastornos degenerativos, especialmente en la región lumbar.

Adoptar posturas forzadas

Trabajar con los brazos en alto, en medio de obstáculos, en espacios reducidos, inclinando o estirando el cuerpo, de rodillas, acostado, agachado o en cuclillas, requiere un esfuerzo excesivo, provoca fatiga muscular y deteriora la estructura ósea.

Esfuerzos prolongados

Permanecer en una misma posición por largos periodos, puede traducirse en una deficiente circulación sanguínea.

Condiciones ambientales adversas

Vibraciones
Las vibraciones producidas por herramientas manuales causan problemas sanguíneos en la mano; y las producidas por vehículos, originan daños en las vértebras lumbares.

Temperatura
Asimismo, trabajar a temperaturas altas provoca problemas de presión arterial y a bajas, genera dificultad en la destreza.

Iluminación
La iluminación, deficiente o excesiva, induce a la adopción de posturas forzadas y a la vez aumenta el riesgo de caídas.

Superficies
Suelos irregulares, inestables o resbaladizos, dan lugar a posturas y movimientos agotadores, sobre todo cuando se trata de manipular cargas.

Por otra parte, también se han vinculado algunas casusas psicológicas con el desarrollo de trastornos musculoesqueléticos:

  • Elevado ritmo de trabajo.
  • Alto nivel de exigencia laboral.
  • Escasa satisfacción.
  • Monotonía.
  • Bajo poder de decisiones.
  • Estrés laboral.

Síntomas

  • Dolor en la espalda y al realizar ciertos movimientos.
  • Fatiga.
  • Peso.
  • Entumecimiento.
  • Cansancio prematuro.

Prevención

Para determinar las acciones que pudieran prevenir los trastornos musculoesqueléticos, es necesario realizar previamente un estudio de cada puesto de trabajo, en el cual se tome en cuenta los riesgos presentes, de acuerdo con las actividades realizadas.

Entre los principales cambios que se deben considerar son:

  • Mejorar las posturas que los trabajadores adoptan durante la jornada laboral, al adaptar cada trabajo a las capacidades del trabajador.
  • Contar con el equipo adecuado para la ejecución de las tareas designadas, el cual debe ser ergonómico.
  • Brindar a los trabajadores capacitación en la que se les dé a conocer los riesgos de su puesto, así como los métodos con los que pueden evitarlos.
  • Desarrollar una política, en la cual se considere el diseño de los procedimientos que cada puesto llevará a cabo, evitando el trabajo repetitivo y forzado.
  • Mantener un equilibrio entre la actividad laboral y el descanso imprescindible para recuperar la energía y evitar que la fatiga se acumule; sin embargo, si bien los esfuerzos no deben ser excesivos, tampoco la inactividad.
  • Evitar lesiones al utilizar el equipo de protección para manos y pies, adecuado para cada trabajo. Recuerda informarte acerca de los diferentes tipos de calzado que existe y elige el calzado industrial ideal para tu puesto.

Un trabajo está adecuadamente diseñado, cuando las tareas pueden realizarse la mayor parte del tiempo en una posición erguida, con los hombros en reposo y los brazos cerca del tronco. Cundo las labores exigen trabajar con el tronco flexionado, estirado o girado, manteniendo las manos por encima de los hombros o por debajo de las rodillas, los brazos extendidos o las rodillas flexionadas, hay una mayor posibilidad de presentar trastornos musculoesqueléticos.

Los trabajadores que presentan trastornos musculoesqueléticos, en muchas ocasiones se ven impedidos para realizar sus actividades laborales, por lo que es una de las principales enfermedades ocupacionales que ocasiona la pérdida de productividad. Por fortuna, actualmente las compañías cada vez se preocupan más por mantener la salud de sus trabajadores, por lo que sus sistemas de vigilancia para la identificación y el control de este tipo de afecciones, son cada vez más completos.

Fuente

blogseguridadindustrial.com

PMOF, Prevención y Seguridad